El término “residencias de marca” ha sido un elemento básico en el sector inmobiliario de lujo durante décadas, y en los últimos cinco años ha alcanzado su punto álgido con la aparición de docenas de nuevas residencias de marca en todo el mundo. Sin embargo, en medio de la ostentación y el glamour, hay una pregunta constante: ¿cuándo mirarán los compradores más allá de los nombres de marca y entre lo que se vende y lo que realmente se construye?
La firma especializada en mercado inmobiliario, Ytech, anticipa un resurgimiento del interés por las residencias sin marca y un cambio continuo hacia el “lujo tranquilo”.
Asimismo, enlistó una serie de riesgos del tipo de residencias de marca:
Gastos mínimos en restaurantes o clubes sociales in situ.
Tasas de licencia repercutidas en las comunidades de propietarios o cuotas anuales.
Compras obligatorias de materiales de marca, desde muebles a ropa, pasando por automóviles.
Los promotores pagan a las marcas un porcentaje de las ventas de unidades por utilizar la marca.
El riesgo inherente de que la inversión disminuya si el edificio opta por no renovar el contrato de licencia de marca.
La mayoría de las residencias de marca funcionan mediante acuerdos de licencia con duraciones limitadas, lo que introduce un elemento de incertidumbre en el valor a largo plazo de tales inversiones.
“En el cambiante panorama del lujo, el paradigma ha pasado de las ostentosas muestras de opulencia a la discreta elegancia del lujo tranquilo. Ahora, la riqueza oculta dice mucho a través de sutilezas bien pensadas, especialmente en el ámbito inmobiliario. El lujo silencioso se manifiesta en edificios meticulosamente planificados en los que la verdadera esencia se esconde más allá de lo que se ve a simple vista, y que tienen en cuenta la fluidez de las estancias, la durabilidad a largo plazo, la purificación del aire y elementos sostenibles como la integración de la energía solar”, concluyó.